viernes, 20 de abril de 2012

Llegar y llevar

Por @kikasanchezg



No conozco todavía a la persona que no le guste comprarse ropa. Que no vibre llevando sus bolsas a la casa, mirando después cada cosa como trofeo o recompensa.
Pero hay un lado no tan idílico de las compras, que dista mucho por lo demás del ítem Dicom…

Quizás lo tenemos absolutamente interiorizado, pero para llegar feliz a la casa se tienen que dar tres factores:
  1. Que nos guste la oferta, que efectivamente encontremos pilchas que nos hagan suspirar.
  2. Tener la plata suficiente para adquirir aquello que nos hizo caer en transe y con la cara pegada a la vitrina.
  3. Que aquello que nos dejó trastornadas nos quede tal como esperamos.
Suena bastante básico y simple… pero no lo es.
Hace un tiempo me regalaron una gift cardo por un monto de $50.000… Una suma nada despreciable. Sin embargo estuve aproximadamente 80 minutos tratando de encontrar algo que me gustara.

Cuando logré lo anterior, me pasé un buen rato peleando con el calce de la ropa, tratando de resolver si yo era la deforme o eran problemas de patronaje. Culpándome por no tener el tronco más largo, la cadera más angosta y los brazos más delgados.

Cuando me di cuenta de que llevaba demasiado rato defendiendo mi no tan macabra anatomía, opté por los accesorios… Pulseras y pañuelos nunca están de más.

Debo reconocer que no me fui totalmente satisfecha. Es más hice una retrospectiva de todas las veces que había ido de Shopping determinada a arrasar con el mercado local y haber vuelto con las manos vacías y la cuenta corriente donde mismo.

O por el contrario, todas esas tardes lamentándome de mi suerte porque la oferta es irresistible, tratando de justificar el delito de la línea de crédito con frases tales como “Es justo lo que necesito”, “Obvio que en un par de días ya no va a estar”, “Esto y no compro más en la temporada”…

El tema de la compra no es un simple slogan de “Llegar y llevar”… Lleva bastante más trabajo que eso, porque hay que juntar tres variables fundamentales en forma simultanea:

No me sirve no tener plata y que todo me quede bien. Tampoco me sirve tener plata y que nada me guste. Y menos me sirve que me encante en el maniquí, pero me cargue en mí.

En fin, no quiero desalentarlas, por el contrario, sólo quería compartir una experiencia personal en torno a la compra, porque esto absolutamente segura de que no estoy sola en esto!

Bueno espero que para experiencias futuras, se alineen los astros y que se logren las variables que tanto necesitamos!

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